Ciudad de México.- El insomnio es un trastorno que afecta a millones de personas y tiene un gran impacto en la salud física y mental. Si bien factores como el estrés y las preocupaciones cotidianas contribuyen a la falta de sueño, la alimentación también juega un papel crucial. Existen ciertos alimentos que pueden ayudar a mejorar el descanso al promover la producción de melatonina y serotonina, ambas esenciales para regular el sueño. Aquí te presentamos tres alimentos que pueden ayudarte a dormir mejor y que son fáciles de incorporar en tu dieta diaria.

1. Leche: el clásico remedio para el insomnio

Un vaso de leche caliente antes de dormir es una tradición en muchos hogares, y no es casualidad. La leche es rica en triptófano, un aminoácido que ayuda a la producción de serotonina, el neurotransmisor que regula el sueño y el estado de ánimo. Además, el calcio presente en la leche ayuda a calmar la ansiedad, relajando los músculos y preparándote para un descanso reparador. Puedes disfrutarla sola o añadirle un poco de miel para potenciar sus efectos.

2. Miel: el dulce que promueve el sueño

La miel es otro aliado poderoso contra el insomnio. Al contener glucosa, ayuda a reducir los niveles de orexina, un neurotransmisor que mantiene al cuerpo en estado de alerta. De esta manera, consumir una cucharadita de miel antes de acostarte, ya sea sola o mezclada con leche o una infusión, puede ayudar a relajar tu cerebro y facilitar el inicio del sueño. La miel es una opción natural y deliciosa para terminar el día con tranquilidad.

3. Plátanos: la fruta que relaja los músculos

Los plátanos son ricos en magnesio y potasio, minerales que ayudan a relajar los músculos y reducir el estrés. Esta fruta es perfecta para quienes buscan una solución natural al insomnio, ya que también contiene triptófano. Puedes comer un plátano antes de dormir o incorporarlo en un batido para obtener una merienda saludable y efectiva que favorezca un sueño profundo y reparador.

Hábitos alimentarios que pueden afectar tu descanso

Aunque estos alimentos pueden ser de gran ayuda, también es importante evitar ciertos hábitos que pueden afectar negativamente el sueño. Consumir alimentos ricos en azúcares y grasas saturadas antes de dormir puede dificultar el descanso, al igual que el consumo de alcohol y cafeína. Estos productos estimulan el sistema nervioso y aumentan la producción de cortisol, la hormona del estrés, dificultando el proceso de conciliar el sueño.

Por otra parte, dormir menos horas de las necesarias incrementa las hormonas del apetito, lo que lleva a comer en exceso al día siguiente y a desbalances en el organismo. Mantener una dieta equilibrada y rica en nutrientes, además de establecer una rutina de sueño, son claves para combatir el insomnio.

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