Hace apenas un par de días se celebró el Día Mundial Sin Tabaco y para conmemorarlo hemos decidido dar un repaso de los daños que un “inofensivo” cigarrillo puede provocarle a tu cuerpo.
Aunque al prender un cigarrillo se le dan solo 10 inhalaciones cada 5 minutos, eso es suficiente para que más de 4.000 productos químicos entren en ti. Hoy explicaremos cronológicamente que pasa en tu cuerpo después dar la primera bocanada.
Primeros 10 segundos
El humo entra a tu boca dejando una capa marrón en tus dientes, el formaldehido y el amoniaco causan inflamación en tus encías lo que pone en alerta tu sistema inmunológico.
Después, el humo llega a la tráquea y disminuye la cantidad de cilios, células que trabajan limpiando tu sistema respiratorio de partículas invasoras y mucosidad.
En este punto la nicotina ya se dirige a tu torrente sanguíneo a través de los vasos capilares de los pulmones, esta golpea a las glándulas suprarrenales y un torrente de adrenalina se desata, tu presión arterial y frecuencia cardiaca aumentan, es ahí cuando tienes más riesgo de sufrir un derrame cerebral.
El monóxido de carbono del humo se empieza a acumular en la sangre limitando el transporte de oxígeno a tu cuerpo, ahí reaccionan algunas células nerviosas del cerebro y sueltan dopamina para hacerte sentir bien.
Después de 5 minutos
La dopamina comienza a disminuir y empiezas a sentirte normal, puede que no lo estés sintiendo pero tu cuerpo anhela más, es por eso que vuelves a dar otra bocanada y el proceso comienza nuevamente.
Algunos científicos catalogan a la nicotina tan adictiva como la heroína y por eso el cigarro es muy difícil de dejar, incluso cuando lo sustituyes por parches o cigarros electrónicos.
Próximas 6-8 horas
Tu cuerpo sigue absorbiendo sustancias toxicas y ya hay una de la que no te podrás librar, el alquitrán se ha impregnado en tus pulmones y no hay forma simple de eliminarlo, se va quitando con el paso de los años una vez que dejas de fumar.