Después de las festividades de invierno, en donde todos los integrantes de la familia celebran las posadas decembrinas, Navidad, Año Nuevo y la llegada de los Reyes Magos; llega el 2 de febrero con el festejo del Día de la Candelaria, fecha que se acostumbra acompañar con dos platillos típicos en México; los tamales y el atole.

 

El Día de la Candelaria, como tradición, tiene raíces prehispánicas; los pobladores acostumbraban llevar mazorcas a las iglesias para que sus frutos fueran bendecidos en el día en que éstos se sembraban, precisamente en la fecha que se agradece a los dioses del Tlaloque, que según la mitología mexica, eran los ayudantes de Tláloc para repartir la lluvia en la tierra.

 

Actualmente, para celebrar este día, las personas que hayan sacado el “muñeco” de la Rosca de Reyes, son los que tienen la tarea de hacer los preparativos para llevar el itacate con tamales de diferentes sabores y una olla de atole para acompañar, en el hogar donde se reunieron previamente para la llegada de los Reyes Magos.

 

¿Sabes de qué está hecho un tamal?

 

Es un producto a base de maíz que se puede rellenar con diferentes ingredientes como carne de res, pollo o cerdo con los complementos de salsa, queso entre otros. Los sabores varían de salado, picoso o dulce y se pueden conseguir todas las mañanas en tu carrito de tamales favorito de la Ciudad de México.

 

Antiguamente, para su preparación se utilizaban ollas de barro con forma esférica, que a su vez simbolizaban la figura de una mujer embarazada, llevando consigo y dando a luz pequeños niños de maíz, los cuales se ofrecían en este día para tener un buena temporada de cosecha.

 

¿Conoces la preparación del atole? 

 

Antiguamente, la bebida se preparaba con maíz, agua, miel y chiles. Se calentaba la masa de maíz hasta espesar y se mezclaban los ingredientes a fuego lento. Posterior a eso se servía en tazas de barro.

 

Sin embargo, después de la llegada de los conquistadores españoles, la preparación de esta bebida cambió, y en vez de agua se usó leche, y se fueron modificando los ingredientes y sabores hasta llegar a lo que se conoce ahora.

 

Su nombre deriva del náhuatl “atolli” que significa aguado y “atl” de agua. En algunas regiones del país también se le conoce como jarabe de atole y es condimentado con diferentes especias aromáticas.

 

Considerando las diferentes celebraciones y platillos que nacen a partir de los tamales, la Ciudad de México te invita a disfrutar de su gastronomía tradicional en compañía de tu familia o amigos.

 

¡Que vivan los Tamales!

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