Celaya, Gto., por: Redacción.- Este 10 de mayo Edith Lendechy no tiene nada que festejar, aunque un 31 de mayo de 1989 dio a luz a Betsabeth, suma 3 años y medio sin saber nada de hija, quien desapareció un 4 de noviembre de 2020.
A la distancia, no tiene ni una pista del paradero de su hija, es como esa frase irreal que dice “Parece que se la tragó la tierra”.
Al desaparecer Betsabeth, Edith no sólo se quedó sin su hija, sus dos nietos de ahora 14 y 17 años también se quedaron sin su madre.
“Cada año se va convirtiendo en un día común porque ya no tengo mamá, ya no tengo hija, ya no tengo mucho que celebrar. Son cuatro años aprendiendo, cuatro años que te enteras que las fiscalías del Estado no están comunicadas, que lo que pasa en Apaseo no se sabe en Celaya, que la fiscalía especializada de no localizados, tiene cuatro años que no tienen ni un dato sobre la desaparición de mi hija, no sé por qué es fiscalía especializada si no logran nada, desde el 4 de noviembre del 2020, no tengo ningún dato de la desaparición de mi hija”.
“Ni siquiera una pequeña pista de quién, por qué, o sea, a dónde. No, no sabemos nada, de hecho yo le había dicho al ministerio público, que le corresponde en mi caso que hablara con el chofer de Uber, pero que no hablara con él lejos de mí, que me enfrente con él, porque él ya tenía más de un año de ser chofer de mi hija, entonces él sabe más cosas, pero lo entrevistaron a espaldas mías y yo quiero que me vea a los ojos y que me diga señora, no sé dónde está su hija, pero que me vea a los ojos, porque él me conocía, él sabía, él iba a dejar a mi hija hasta la casa”.
Tras la desaparición de su hija, Edith se convirtió en la madre de sus nietos, y todo lo que implica como la compra de zapatos, de tenis, ropa, de ir a la escuela.
El golpe es brutal para Edith, Betsabeth era su hija única y dice que parecía un torbellino, por ello su ausencia es aún más notoria.
“Mi hija era el baile andando. El 10 de mayo a las 6 de la mañana ya me estaba cantando a las mañanitas, ya me estaba mandando regalos, ya me estaba mandando flores, ya estaba viendo que hacíamos el 10 de mayo y ahora no hay quien me diga te quiero, no hay quien me diga te espero”.
“Para nosotros ser madres buscadoras es de tiempo completo, no hay que porque es 10 de mayo, que porque es día de muertos, que porque es navidad, mientras nosotros no tengamos resultados, ni pistas, ni nada, nosotros seguimos siendo las mismas madres buscadoras”.
Lendechy recuerda claramente como era su hija: “Tenía un problema de hiperactividad, nació con dos dientes arriba y caminó a los nueve meses, entonces ya te imaginabas. Ella a todos los festivales iba, era campeona de oratoria, siempre tenía algo que hacer para estas fechas, siempre tenía algo que decir. Ella siempre era el detalle en este tipo de eventos y la verdad yo sé que no se ha ido porque sigue viva, porque sigo pensando en ella todos los días, porque recuerdo todas las cosas que hacía, porque su hiperactividad estaba ahí”.
Y aunque no se engaña, ni se da falsas esperanzas, espera encontrar a su hija.
“Mi corazón dice que mi hija está muerta, ya son cuatro años, mi hija hubiera encontrado cualquier medio para comunicarse conmigo y no lo ha hecho. Definitivamente yo era la parte más importante en su vida y si no se ha comunicado, quiero decir que está muerta”.
Lendechy pidió a las madres, a esas que tienen a sus hijos con vida, que cuiden cada detalle y que tengan cuidado aún y cuando la confianza sea fuerte que conozcan qué están haciendo sus hijos.
“Que cualquier pequeño detalle que vean en sus hijos que es diferente a lo común, que sea una alerta, un fíjate lo que está haciendo, ten cuidado porque después se desaparecen y ya quisiéramos bajar a todos los santos y ya quisiéramos bajar el cielo entero para recuperarlos y no es fácil”.
Enfatizó que las buscadoras no son investigadoras, y no están detrás de los delincuentes que les arrebataron a sus hijos, su principal objetivo es encontrar a sus seres queridos.
“Que no nos maten porque no somos investigadoras. Somos recolectoras, somos buscadoras, ni siquiera buscamos quién los mató, simple y sencillamente buscamos recuperarlos y regresarlos a su hogar, a su familia que está desecha”.
¿Hasta cuándo va a buscar a su hija?, le preguntamos y Edith Lendechy expresó: “Hasta que Dios me preste vida, voy hasta que la encuentre, quiero encontrarla antes de que me muera”.