Uno TV | Ciudad de México.- En México, seis de cada 10 madres de familia no permiten que sus hijos varones jueguen con una muñeca.
“El estereotipo que se tiene tanto en la cultura mexicana es que esto es de niñas y esto es de niños, los niños necesitan tener igualdad, que puedan jugar con lo mismo”, comenta Úrsula Arce, investigadora de la Universidad La Salle.
Lo que piensan mamá y papá marca a niñas y niños.
“Desde chiquita me dijeron que si jugaba con los juguetes de mi hermano me volvería marimacha”, señala Nidia Rodríguez, quien es madre de familia.
Los niños simplemente juegan, sin distinción, sin prejuicio.
“Yo de pequeño jugaba con mi hermana, jugábamos a la casita con sus muñecas incluíamos también a mis muñecos pero no por eso motivo me iba a cambiar mi preferencia sexual” explica César Ramírez, padre de familia.
"La orientación sexual nada tiene que ver con las actividades o juguetes que tenemos en la infancia…", explica Gloria Careaga, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
"Si un niño varón quiere agarrar una muñeca porque a lo mejor le llama la atención el cabello, porque ven a mamá como se peina, quieren ayudar, están imitando las conductas del adulto, todos los niños imitamos lo que vemos en casa, pero los padres empiezan a decir no hagas esto”, señala Úrsula Arce.
Los especialistas aseguran que restringir el juego disminuye imaginación y creatividad.
Úrsula Arce asegura que si dejamos a los niños libres, que usen lo que quieran, cuando quieran, entonces van a tener un desarrollo tanto emocional, físico e intelectual más amplio.
La industria del juguete es parte de la solución.
“Mi hijo tiene una casita, en donde es toda una familia de muñequitos y él ya ha ido vistiendo esta casita con cosas que va viendo aquí en la misma casa, tiene muñecos que son femeninos y masculinos; hasta niños y bebés entonces los integra igual, lo ve todo normal”, comenta Alma Hernández, madre de familia.
De acuerdo con especialistas, si los dejan jugar con lo que les gusta ellos serán más felices.
"Si un hombre está jugando a la casita, está aprendiendo a tener un hogar, si una niña se sube al carro taxi, está aprendiendo a generar su propio empleo, si al niño lo dejamos ser, entonces tendremos un resultado distinto”, explica Lili Álvarez, creadora del taller de Juguetes sin Género.
Los juguetes no deben acoplarse a la distinción de género, sino al nivel evolutivo.
"Jugar es ensayar para tu futuro, a través del juego vas ensayando para ese futuro, qué futuro queremos para esas generaciones; uno abierto, más flexible, que tengan más habilidades y herramientas, que no sea limitante, déjenlos libres que ellos escojan lo que les gusta, lo que les atrae en ese momento", nos señala la investigadora de la Universidad La Salle.
“A mí me gusta que mis hijas elijan lo que quieran, mientras sean felices no hay problema…”, Nidia Rodríguez, madre de familia.
Finalmente sólo son juguetes y, niños y niñas nunca dejarán de ser.