Celaya, Gto., por: Redacción.- Tras el asesinato de su jefe de escoltas Álvaro Coria Jiménez, el presidente Juan Miguel Ramírez Sánchez, advirtió que no quedará impune y pidió no especular sobre el hecho.
Tres horas después del suceso, el presidente se presentó ante los medios de comunicación para leer un texto y después retirarse.
“Esta mañana nos enteramos sobre el fallecimiento de un colaborador y amigo de nosotros, hecho del que ustedes como medios ya han dado cuenta”.
“En el gobierno municipal condenamos enérgicamente las agresiones de todo tipo en contra de ciudadanos y servidores públicos. En el caso de nuestro compañero, dedicaba su vida a brindar seguridad a los ciudadanos y a un servidor. Aprovecho para dar mis más sinceras condolencias a sus familiares, amigos y compañeros de trabajo”.
El presidente señaló esta agresión no quedará impune y seguirá teniendo como principal tarea recuperar la paz.
“Sepan que desde el inicio de mi administración, la principal tarea fue, es y será, lo que más nos aqueja a todos los ciudadanos de Celaya y el Estado: la seguridad”.
“Esta agresión nos duele a todos y no quedará impune, porque colaboraremos con las dependencias estatales y federales para dar con los responsables de tan deshonroso hecho. Quiero pedirles que no especulemos, que dejemos en manos de la autoridad competente las investigaciones en torno al caso.
“El gobierno municipal continuará trabajando con los tres niveles de gobierno por la tranquilidad y la seguridad de las y los celayenses”.
El presidente estuvo acompañado del General Brigadier de Estado Mayor Roberto Bernal Benítez, comandante de la Fuerza de Tarea Celaya; el coronel Policía Militar José Manuel Aguilar Miguel, comandante del Batallón de la Guardia Nacional en apoyo a la seguridad pública de Celaya; el Coronel de Policía Militar, Pablo Muñoz Huitrón, Secretario de Seguridad de Celaya y el Coronel Bernardo Rafael Cajero Reyes, director de Policía Municipal de Celaya.
Es el tercer funcionario asesinado durante la administración de Juan Miguel Ramírez, el primero fue un policía que recién había reingresado a la corporación que el lunes 18 de noviembre fue baleado junto a su acompañante y el 30 de enero Miguel Santoyo Niño trabajador de la Secretaría de Seguridad y hermano del director de Protección Civil.
Además de un elemento de la Guardia Nacional asignado a la vigilancia en Celaya que fue asesinado cuando participó en la persecución a delincuentes que habían cometido un asesinato.