Celaya Gto.- Hace 18 años, la mañana del 26 de septiembre de 1999 una serie de explosiones sacudieron la zona del mercado de abastos en Celaya. El resultado 73 muertos, 3 desaparecidos y más de 300 heridos.

En la calle de Antonio Plaza, en la Abarrotera Celaya detonaron más de 2 toneladas de pólvora almacenadas de forma clandestina causaron daño en un radio de 500 metros a la redonda.

Así ocurrió la mayor tragedia de Celaya que al cabo de los días tomó el nombre del “domingo negro”.

En la vitrina de la abarrotera cohetes comenzaron a tronar, los empleados ingresaron el material para intentar apagarlo, sin imaginar la gran cantidad de pólvora almacenada y que una a una generó 5 explosiones.

Murieron bomberos, policías, socorristas, curiosos, reporteros, comerciantes, paseantes.

Este día alrededor de 50 personas recordaron la tragedia, rezaron un rosario por las víctimas.

Este año ya n hubo sirenas de policía, o de bomberos o de Cruz Roja. Igual que el año pasado autoridades eclesiásticas no celebraron misa.

El rosario transcurrió entre el machetear de las carnitas en el puesto de al lado, y la venta ropa en el puesto de al lado, y el paso de personas con bolsas de mandado cruzando por la banqueta.

El predio donde ocurrieron las explosiones ahora lleva por nombre “Desechables y botanas Lupita. Apenas levantaron la mesa con flores y fotografías de algunos de los fallecidos las cortinas abrieron la venta.

“Cada uno debemos agarrar el pedazo de responsabilidad que nos toca porque la pirotecnia sigue siendo quemada en Celaya. No es bonito no pode caminar, no poder agarrar cosas, sentir que se te cae de la mano una aguja porque no tienes fuerza porque te explotó en la mano un petardo, un cohete que yo no troné pero que si quedé con un pie destrozado”, expresó el ex policía Jaime Hernández.

“Yo estaba apoyando labores de rescate cuando ocurrió la segunda explosión, por fortuna salí con vida, pero las heridas quedarán para toda la vida, no volveré a caminar bien, no puedo sostener las cosas”.

Dijo que es necesario informar y educar a la nueva generación.

“Nos corresponde a quienes vivimos esta tragedia, a las personas que se dieron cuenta decirle a sus hijos y tener la responsabilidad de hacerles saber el peligro, no se debe olvidar porque es una tragedia que no sólo ha ocurrido aquí sino en otras partes, no es posible, no se vale”.

Juana García, madre del policía Pedro Ávila quien perdió la vida en las explosiones salvando personas dijo que cuando truenan cohetes es como si los abofetearan.

“Es muy triste que yo he visto que hasta los mismos padres les compran cohetes a sus hijos aunque haya veda, yo cuando oigo que truenan cohetes es como si me dieran una bofetada, me duele el corazón y me acuerdo de mi hijo que se fue”.

“Aparentemente mucha gente olvida, todos quieren olvidar, pero los que perdimos a alguien muy querido aquí nunca se nos va a olvidar, y así quedemos 2 o 3 nunca se nos va a olvidar, aquí vamos a estar”.

Dijo que la falta de respeto de quienes transitan en la zona obligó a la cancelación de misas y que hay indiferencia.
“No se unen a nuestro dolor, pero para nosotros es importante venir a rezar aquí donde yo perdí a mi hijo de 20 años”. (Información: Arlett Cárdenas)

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