Ciudad de México.- Las experiencias personales de un exorcista mexicano, quedaron plasmadas en Profesión Exorcista.
El libro escrito por la periodista Chiara Santomiero, recoge los testimonios del sacerdote César Truqui sobre su ministerio de atención a poseídos y endemoniados.
“Lo que más le impacta a un exorcista es poder tocar con mano la realidad espiritual del demonio que, como sabemos, es un ser espiritual, sin cuerpo y ni siquiera palabra pero que, cuando posee a una persona por permiso divino, se expresa a través de ella”, reveló en una entrevista para Notimex César Truqui.
En el texto, Truqui no sólo repasa algunas historias verdaderas de fenómenos paranormales, también ofrece reflexiones sobre las fragilidades y las dificultades de quienes afrontan un ataque demoníaco.
El sacerdote reconoció que en los últimos años se ha dado un incremento, tanto en Europa como en Latinoamérica, en el número de personas que, creyendo ser víctimas de posesiones diabólicas, buscan a un sacerdote.
Al mismo tiempo advirtió sobre el “peligro de querer ver al demonio en todos lados cuando no es así”, producto de “una gran confusión en las personas”, que le atribuyen a él incluso las crisis económicas que los llenan de estrés y provocan conflictos familiares.
El sacerdote debe buscar los signos de una posesión que son cuatro: hablar lenguas muertas como latín, griego o hebreo; tener una fuerza que va más allá de la naturaleza, ser capaz de decir cosas ocultas, escondidas o lejanas y tener aversión a lo sagrado.
Truqui reveló haber pedido el permiso para fungir como exorcista al obispo de Coira, la diócesis suiza donde trabaja, luego que diversas personas le pidieran ayuda espiritual.
Aclaró que El Vaticano no tiene un sistema de coordinación de los exorcistas del mundo y deja a la decisión de cada obispo nombrar uno o más responsables de este servicio en su propia diócesis.