España.- Un equipo de arqueólogos encontró enterrado en un antiguo lugar romano en Italia un cadáver de un niño que, de acuerdo con lo informado, vivió en el siglo V. Se presume que cuando los romanos lo enterraron, temían que el niño pudiera salir de su tumba. Miembros de la comunidad local lo empezaron a llamar el vampiro de Lugnano. Se piensa que podría haber más restos similares.
Entierro de “vampiros”
La práctica se conoce como un entierro vampírico y ha ocurrido en diversas naciones. Entre ellas, China, Rusia, Grecia y otros países centroeuropeos. Ocurrían de forma ocasional, cuando los locales pensaban que una persona fallecida podría regresar al mundo de los vivos.
Eran diferentes las prácticas que se realizaban para evitarlo. La más conocida es la de clavar una estaca en el cuerpo. Pero a veces, cortaban sus cabezas o usaban clavos para adherir el cuerpo al suelo. En el caso del cadáver encontrado, se le colocó una piedra en la boca.
Se trata de una piedra de gran tamaño. Luego de los análisis, el equipo concluyó que fue colocada allí de forma intencional, pues es imposible que se ubique allí una roca de forma natural.

Es un descubrimiento extraño. En especial, cuando se tratan de cadáveres que datan de la antigua Roma. Existe un hallazgo similar anterior: el cuerpo de una mujer en Venecia con un ladrillo entre la mandíbula.
Sin embargo, los restos del niño fueron conseguidos en un cementerio de niños situado cerca de Lugnano. Se llama Necrópoli de Bambini, y nunca se había visto allí algo parecido. Sin embargo, luego del descubrimiento es necesario evaluar los datos anteriormente recolectados dentro de esa área.
Otros descubrimientos curiosos
A pesar de ser el primer cadáver encontrado en esas circunstancias, no es la primera vez que se consiguen elementos curiosos en ese cementerio. En otros estudios se han conseguido patas de cuervos, restos de sapos e incluso calderas de bronce que no tienen más que cenizas dentro.
Se especula que todo esto estaba relacionado con algún tipo de ritual mágico. En una ocasión, se hallaron los restos de una niña con piedras colocadas sobre sus manos y pies.
Aunque no se conoce la causa de muerte del niño, se sospecha que fue un caso mortal de malaria. En especial, porque su cuerpo corresponde a una época en la que la ciudad sufría de una plaga. Puede que los locales pensaran que incluso los fallecidos podían contagiar el virus.