Ciudad de México.- Con los cambios que hizo el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) para captar el ingreso de los hogares en el Módulo de Condiciones Socioeconómicas, se desconocerá lo que ocurrirá en materia de pobreza en el país durante este sexenio, en cuyos dos primeros años hubo un incremento de dos millones de personas en esa condición, advierten expertos.
Por su parte, el secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), Gonzalo Hernández Licona, explicó que con los datos que el instituto presentó el viernes pasado sobre la captación de algunas variables, no se mantiene una línea comparable. Se perdió la serie de información sobre la Encuesta Nacional de Ingreso Gasto de los Hogares, la que había para pobreza medida por ingresos desde hace 25 años, y la de pobreza multidimensional desde hace siete, apuntó.
Lo que en esta ocasión hizo el INEGI fue visitar varias veces los hogares –no sólo una vez, como anteriormente lo hacía– para que respondieran el cuestionario.
Mientras la información del instituto en reportes anteriores dio cuenta de que entre 1992 y 2014 prácticamente no hubo variación en los ingresos, lo cual se observa en que la población en pobreza patrimonial (de acuerdo con la medición anterior que se basaba en ingresos) durante ese periodo se mantuvo en promedio en 53 por ciento, ahora con datos, que no se pueden comparar por la forma en que se obtuvo la información, los hogares más pobres elevan sus ingresos en 33 por ciento, lo cual contrasta con que a escala nacional fue cerca de 20.
Para que hubiera un incremento de los ingresos de ese tamaño, tendría que haber mejoría clara en el mercado laboral, que significara un aumento real del ingreso en las personas, redistribución del gasto social, disminución de brechas estructurales, mejoras en políticas de desarrollo social y en materia fiscal. Nada de esto ha sucedido, dijo en entrevista Paola Contreras, del Observatorio de Política Social y Derechos Humanos.
El Coneval había estimado previamente un aumento máximo de 3 por ciento del ingreso corriente trimestral, pero con este cambio el INEGI reporta 33 por ciento más; es demasiado, agregó.
El Coneval y la ciudadanía deben exigir al INEGI que presente o haga adecuaciones necesarias para garantizar la comparabilidad con los datos de años anteriores, indicó.
Al interrogar varias veces en un hogar, el INEGI argumenta que capta mejor la información, pero esto ocurre sólo entre los pobres, no en el resto de la población. “Descubrió, tres décadas después de realizar su trabajo, que los pobres eran los más mentirosos, ya que no reportaban sus ingresos reales”, agregó a su vez Gerardo Franco, de la representación en México del Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural.
Franco consideró que en un momento histórico, en este sexenio se iban a realizar tres mediciones consecutivas de la pobreza. Ahora se rompe la serie que era de interés nacional, y no se sabrá lo que ocurrirá en este periodo. El instituto dice que va a buscar la forma de hacer la información comparable, pero esto ya generó desconfianza y la duda es qué cuchareo se hará para reconstruir la serie histórica.
Indicó que el INEGI puso al Coneval en una encrucijada. Ahora debe decidir si saca la medición o la detiene, lo cual estaba previsto para el 26 de julio. Recordó que el nuevo director del instituto, Julio Santaella, no tiene ni un año al frente del organismo.
El Coneval tiene un contrato con este organismo para utilizar esta información en la medición de pobreza del país, de acuerdo con la Ley General de Desarrollo Social.
Información: La Jornada