Salvatierra Gto.- Guanajuato es uno de los estados más peligrosos para la Comunidad LGBT+.
Esto último, sin mencionar que aún no hay avance alguno en tema de derechos igualitarios para el colectivo.
Uno de los hechos que confirman esto, es el asesinato de una mujer transexual en el municipio de Salvatierra el pasado fin de semana.
Saulette, como se hacía llamar, Saúl N, fue atacada a golpes y con lujo de violencia, así como abandonada cerca de un camino vecinal del Municipio de Tarimoro.
El estado de Guanajuato pasa a la lista de las entidades donde los asesinatos y crímenes de odio son una constante, así como la discriminación y homofobia.
Desde hace un par de años, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha puesto el foco rojo sobre México, por la violencia y asesinato de mujeres transexuales mismas que de acuerdo con un estudio tienen una baja expectativa de vida al no pasar, muchas de los 40 años de edad.
Las mujeres transexuales en su mayoría se ven obligadas a trabajar en el sexo servicio o montar negocios por su cuenta, como fue el caso de Saulette, quien desde hacía años se desempeñaba como estilista en la zona centro de Salvatierra.
La ONU apuntó que: “es imperante que las autoridades lleven a cabo una investigación exhaustiva todos los casos similares, y castiguen a los responsables para comenzar a poner fin a la impunidad que alienta y fomenta estos crímenes”.
En un país donde los niveles de impunidad siempre han sido altos, y la impartición de justicia baja, más en este tipo de casos, la sociedad salvaterrense pide justicia y que se castigue a quien haya asesinado a esta mujer.
En actualización de la información, aunque aún no está corroborada por las autoridades, se sabe que el crimen fue de tipo pasional, incluso hay quien asegura que Saulette, fue ultimada por alguien con quien se relacionó sentimentalmente.
En otro dato, el sábado se informó que el cuerpo de Saulette presentaba lesiones con arma blanca, pero dicha información es falsa, ya que solo presentaba lesiones por golpes y la causa de la muerte, fue un traumatismo craneoencefálico.
Desde la noche de su asesinato, se podían ver decenas de veladoras encendidas en su local, estética ubicada en la calle de Fernando Davila, casi esquina con Arteaga.
