La princesa pertenecía a la rama Takamado de la familia imperial de Japón y contrajo nupcias este lunes con el plebeyo Kei Moriya
Tras comprometerse en junio de este año, la princesa japonesa Ayako contrajo matrimonio con Kei Moriya este lunes en Tokio. La ceremonia de unión fue sintoísta y tuvo lugar en el santuario Meiji, ubicado en el distrito de Shibuya.
Ayako llegó al recinto vistiendo un alegre kimono uchiki amarillo, pero para la ceremonia formal cambió a un atuendo rojo kouchiki, más acorde al rito sintoísta.
Kei Moriya y Ayako de Takamado ingresando al santuario Meiji, ubicado en el distrito de Shibuya, parte Tokio (Japón). (Foto: Agencias)
Pese a que la boda fue un evento cerrado y a esta acudieron básicamente los familiares cercanos de los novios, casi un millar de ciudadanos se acercó a las inmediaciones del tempo Meiji para mostrar su afecto a la pareja.
Con la boda, Ayako de Takamado renunció a su condición real y ha adoptado el apellido de su esposo, quien es empleado de Nippon Yusen Kaisha, parte del grupo Mitsubishi y una de las compañías de transporte más grandes de Japón y Asia. La unión también supondrá que el Estado le entregue a la novia una suma equivalente a 950.000 dólares para gastos de vida.
La princesa era la última de las tres hijas de la princesa Hisako y el fallecido príncipe Takamado (Norihito), primo de Akihito, el actual emperador de Japón. El padre de Ayako fue fundador de la línea Takamado-no-miya, una de las actuales ramas de la familia imperial nipona.
Ayako, de 28 años, se graduó en la Universidad Internacional de Josai, donde ha obtenido una maestría y sigue trabajando como investigadora de estudios sociales. Aunque previamente ha participado en diversos actos oficiales, su prioridad ha sido siempre su labor académica.
“Estoy feliz de que hayamos realizado la boda en el santuario Meiji, donde mi tatarabuelo, el emperador Meiji, es reverenciado”, señaló Ayako, según recoge CNN. “Me siento muy feliz”, añadió.
Más allá de abandonar la realeza japonesa, la joven explicó que fue criada para ser una activa colaboradora de la investidura imperial y que eso no cambiará. “Dejaré la familia imperial hoy, pero permaneceré inalterable en mi apoyo para sus majestades, el emperador y la emperatriz”, contó Ayako Moriya.
– Sucesión –
La renuncia de la princesa Ayako a la realeza ha reavivado el debate sobre la sucesión a la corona imperial de Japón. El país asiático tiene la monarquía vigente más antigua del mundo y permite únicamente que los varones lleguen al trono.
El emperador Akihito, de 84 años, ha anunciado que abdicará a fines de abril de 2019 y será sucedido por su hijo, Naruhito. Este último no tiene herederos varones, por lo que durante un tiempo fue materia de discusión la posibilidad de hacer que el ascenso al trono sea por primogenitura absoluta, lo habría abierto a Aiko, hija del príncipe heredero, la posibilidad de ser emperatriz. La idea era dar estabilidad a la sucesión imperial.
Pese a que muchos apoyaron el cambio, el segundo hijo del emperador, Fumihito tuvo al príncipe Hisahito, su primer niño, en 2006. Esto último mantiene vigente la herencia paterna a la corona japonesa, por lo que el debate sobre la primogenitura absoluta ha quedado momentáneamente de lado. Hisahito es el tercero en la línea sucesoria del emperador de Japón, detrás de su tío y su padre.
No obstante, todavía hay voces críticas que señalan que excluir a las mujeres de la sucesión ha hecho que sean hombres de edad avanzada los que asuman las funciones imperiales mientras las mujeres abandonan la realeza. La princesa Mako, hija de Fumihito y la mayor de las nietas del emperador, también abandonará su estatus real para casarse con un plebeyo en 2020.
Contando a esta última, casi una decena las integrantes de la familia imperial ha renunciado a la realeza, mientras que Hisahito, de 12 años, es el único que actualmente sostiene la herencia imperial masculina de Japón. (Información: Revista MAG)