El 22 de septiembre 1994 se emitía el primer capítulo de una sitcom que se convertiría en furor, clásico y retrato de una época: Friends. No es spoiler recordar que narra la historia de Rachel Green, Mónica Geller, Phoebe Buffay, Chandler Bing, Joey Tribbiani y Ross Geller, un grupo de particulares amigos que se reunían en un café de Nueva York llamado Central Perk.
Como se trataba de una trama coral y sin un protagonista absoluto, los productores se preocuparon en buscar actores no muy famosos para que ningún problema de cartel o divismos se impusiera delante ni detrás de la pantalla. Jennifer Aniston, Courteney Cox, Lisa Kudrow, Matthew Perry, Matt LeBlanc y David Schwimmer fueron los elegidos. Comenzaron con un salario de 22.500 dólares y diez años después, cuando el programa llegó a su fin, ganaban un millón de dólares por episodio y no por índice de inflación sino de audiencias, premios y éxito.
Que un grupo de amigos protagonizara una sitcom en horario central fue una de las grandes revoluciones de la propuesta. Hasta ese momento las series exitosas solían girar sobre historias de familias típicas -como Alf o La Niñera– o disfuncionales –Los Simpsons-, las escenas ocurrían en el ámbito del hogar. En cambio, como explicó Marta Kauffman, una de las creadoras, “Friends reflejaba esa época de la vida en la que tu familia son tus amigos”.
La novedad de la idea no garantizaba el éxito, lo que sí lo garantizó fue la ecuación perfecta entre guiones ingeniosos, personajes queribles y protagonistas carismáticos. Y todo, como dirían por ahí, “en su justa medida y armoniosamente”. Friends no sólo fue una de las series de televisión más vistas, sino que se convirtió en un fenómeno cultural de los 90. Varios hechos y curiosidades lo demuestran:
– Según un estudio que realizó una empresa de productos capilares, el corte de pelo de Rachel fue copiado por más de 11 millones de mujeres sólo en el Reino Unido.
– En las visitas a Warner, el set de Friends era el más concurrido. Toda la gente quería su foto de 40 dólares sentado en el sillón de la serie.
– La mercancía oficial todavía se sigue vendiendo. El marco amarillo de la puerta es uno de los elementos más solicitados. Se consiguen aun hoy tazas y remeras con el nombre de los personajes, sus hobbies, frases o sus rasgos más representativos.
– Existe una versión Lego de 1079 piezas que replica la cafetería y un juego Monopoly que propone invertir en departamentos neoyorquinos y conseguir que paguen la renta.
– Todavía hoy se viralizan gifs animados con sus protagonistas, como Ross gritando, o memes, como la de Joey llorando porque cumple 30 años.
– En 2004 el New York Times publicó que el capítulo final de Friends fue visto por más de 52.5 millones de espectadores, siendo la cuarta audiencia más grande de la época.
– En todo el mundo se abrieron cafés que imitan a Central Perk.
– Entre los fanáticos de Friends se encontraba una adolescente de Nueva York llamada Stefani Joanne Angelina Germanotta. Años después sería conocida como Lady Gaga, y en el especial de Friends cantaría “Smelly Cat”, a dúo con Phoebe.
– El icónico sillón de la cafetería fue exhibido en distintas ciudades del mundo cuando la serie cumplió 25 años.
– Frases como “ellos no saben que nosotros sabemos que ellos saben” o “me encantaría ayudarte pero no tengo ganas”, entre otras suelen ser parte de conversaciones cotidianas.
Amigos, no sólo para las cámaras
Si algo impacta de Friends es la famosa química entre sus actores, pero esto no era solo en la pantalla: también funcionaban como equipo fuera de la ficción. Durante los diez años que los capítulos estuvieron al aire, los seis actores exigían entrar juntos a los premios en las mismas categorías, pedían realizar notas corales en vez de solos en las revistas y negociaban sus salarios de manera colectiva. Aniston, que se transformó en una de las actrices mejor pagas de su generación, durante el transcurso de la serie aceptó el mismo salario que sus compañeros aun a costa de perder dinero.
La rubia del pelo perfecto y Kudrow se conocieron en el set. Al principio, ambas estaban intimidadas porque Cox ya tenía cierta fama por haber participado en Ace Ventura y Enredos de familia. “Recuerdo que la vi en el Flowering Tree, una tienda de yogures a la que íbamos. Entré en pánico, sudé, y no sabía cómo iba a ser ella cuando consiguiéramos nuestro trabajo”, revelaría Anniston. Su temor pronto se disipó porque “desde el principio, cuando la conocimos, fue inmediatamente inclusiva, cálida, amorosa e interesada en conocerlo todo sobre vos”.
Compinches y divertidas, Cox y Jennifer la pasaban bien, pero Lisa Kudrow a veces la pasaba mal, y no por ellas, sino por ella. La actriz que se había recibido de bióloga, la mujer de coeficiente superior, que hablaba francés a la perfección, se sentía fea e insegura. Su altura de 1.73 contrastaba con el 1.64 y 1.65 de sus compañeras. Las pruebas de vestuario se convirtieron en un padecimiento. Mientras Rachel y Mónica lucían prendas ajustadas, su Phoebe le exigía ropa holgada de grandes mangas que la hacían sentir incómoda y más enorme. “Sí, tengo un tipo de cuerpo diferente. Simplemente soy más grande y a veces la ropa, cuando veía el programa, era como de volumen completo. Hubo un momento en el que las abracé a ambas, era como si las envolviera. Me sentía como una cosa montañosa que se las tragaba vivas”, recordaría.
Durante varias temporadas se obsesionó con verse más delgada. “Por desgracia, en este negocio, si eres mujer y pesas menos de lo que deberías, parece que estás más bonita. O eso creía entonces”. Perder un peso saludable para ganar una imagen más “ideal” le trajo serios problemas. “Cuando perdí todos esos kilos estaba enferma todo el rato: gripes, sinusitis, siempre estaba mal”, recuerda. Hasta que Lisa decidió imitar a Phoebe, se desprendió del “deber ser” para simplemente “ser”. “Un día me dije que era suficiente. ¿Qué más daba si pesaba más? ¿Qué importaba que estuviera más envejecida? Hacerse mayor es maravilloso. ¿Por qué tenemos que convertirlo en algo horrible?”.
Kudrow logró superar sus inseguridades y las tres mujeres se convirtieron en hermanas elegidas. No solo compartían almuerzos y una ensalada al “estilo Jennifer”, con panceta, pavo y garbanzos, también compartían vida. Cox estuvo en la boda de Aniston y Brad Pitt. Todos sus compañeros dijeron presente cuando Courteney se casó con David Arquette. Aniston fue la madrina de bautismo de Coco, la única hija de Cox, e invitó a Kudrow a su segunda boda con Justin Theroux. Kudrow invitó a todos su boda. Cox y Aniston suelen ir de vacaciones juntas a playas en México y Tahití. Hace poco Courteney Cox declaró para la revista People: “Son unas amigas maravillosas y son familia. Somos como hermanas”.
Qué difícil es decir adiós
Cuando la serie terminó, los protagonistas se enfrentaron a algo así como el síndrome del nido vacío. Esa alegría porque los hijos -en este caso el trabajo- ya no está y uno dispone de más tiempo libre, pero también cierto vacío existencial por la falta de un proyecto e incluso una rutina. Salvo Aniston, que siguió brillando en televisión y cine, los demás jamás vivieron un éxito similar al de Friends ni recibieron salarios parecidos.
Luego del final de la serie, Matthew Perry debutó como director de un capítulo de Scrubs. En 2006 protagonizó una película, The Ron Clarck Story, y la serie dramática Studio 60 on Sunset Strip. Fue parte de The Good Wife y de una remake de La extraña pareja. Coincidió con Courteney Cox en Coiar Town y en con Lisa Kudrow en Web Therapy.
Su vida privada fue más complicada. El actor reveló que a la vez que nos hacía reír como Chandler batallaba contra el consumo de alcohol -que comenzó cuando tenía 14 años- y los calmantes. Jamás volvió a mirar Friends porque le recuerda sus adicciones, ya que mientras la grababa consumía 55 pastillas diarias de Vicodina y llegó a pesar apenas 58 kilos. “En mi familia hay alcohólicos. El hecho de que fuera tan conocido seguramente aceleró las cosas, pero hubiera tenido esos problemas igualmente. Gracias a Friends tenía una razón para levantarme por las mañanas, ir a trabajar. Grabamos 237 episodios, y no falté a ni uno”. No obstante, reconoció que “durante unos meses estuve encantado de ser famoso. Hasta que me di cuenta de que la fama no iba a arreglar las cosas que no funcionaban. Creía que la popularidad me haría feliz, pero no fue así. Y me llevé una profunda decepción”.
En los últimos años Matthew se sometió a distintas rehabilitaciones y en 2018 casi muere después de que su colon estallara por el consumo excesivo de drogas. Desde 2006 hasta 2012 estuvo en pareja con Lizzy Caplan. En 2020, cuando ya tenía 51 años, se comprometió con Molly Hurwitz, de 29, a quien consideraba la mujer más maravillosa del planeta. Terminaron en junio de 2021, a una semana del famoso reencuentro de Friends.
Durante la misma época en la que la serie era un éxito, Courteney Cox participó en la saga Scary Movie. Por un tiempo se alejó de las pantallas para dedicarse a su familia: apareció intermitentemente en el cine y volvió a la televisión en la serie Cougar Town; desde entonces no volvió a tener roles importantes.
Se sabe que soñaba tener una familia con muchos hijos, pero sus problemas de fertilidad se lo impidieron. Padeció siete abortos espontáneos, y pudo ser mamá de Coco con su exmarido David Arquette, al que ayudó a enfrentar sus problemas con el alcohol. En los últimos tiempos se sometió a tratamientos estéticos que terminaron por cambiar su rostro. “Crecí pensando que la apariencia era lo más importante, y eso es un poco triste, porque me metí en problemas”, reconoció.
David Schwimmer intentó dejar a Ross y apareció en la miniserie bélica Band of Brothers. Fue la voz del personaje de Melman en las películas Madagascar y protagonizó Duane Hopwood, una película independiente en la que interpretó a un alcohólico. En televisión aceptó papeles secundarios en 30 Rock y Web Therapy, creada por su excompañera Lisa Kudrow. En los últimos años dirigió algunos filmes y se presentó en escenarios del West End londinense y de Broadway en Nueva York.
En el amor trascendieron romances con la cantante Natalie Imbruglia, con la actriz israelí-estadounidense Mili Avital y con la española Carla Alapont, hasta que se enamoró de la fotógrafa y artista británica Zoë Buckman, con quien se casó en 2010 y tuvo una hija en 2011. En abril de 2017 anunciaron su divorcio.
Si bien ganó un Emmy por su papel de Phoebe Buffay, tras el final de la comedia Lisa Kudrow solo apareció en la película Malditos vecinos y prestó su voz para la mamá de Un jefe en pañales. Protagonizó The Comeback, una historia escrita por ella, donde destripaba el drama de envejecer en la industria del entretenimiento y el ansia de los actores por estar siempre en el candelero. En 2003 armó su productora, Is or Isn’t Entertainment, con la que sorprendió con un contenido exclusivo para el mundo web, ¿Quién te crees que eres?, en el que famosos rastrean sus árboles genealógicos para conocer más de su familia.
En cuanto a amores, lo suyo no fueron las portadas escandalosas. Conoció a su marido, el francés Michel Stern, a fines de los 80, cuando él salía con una amiga suya. Seis años después se reencontraron, ya sin pareja. Están juntos desde entonces; son padres de Julián y viven en Beverly Hills.
Después del final de la serie, Matt LeBlanc protagonizó Joey, un spin-off que mostraba lo que le sucedía a su personaje luego de Friends, pero no llegó a una segunda temporada. En 2011 estrenó la serie Episodes, en la que se interpreta a sí mismo. Después de aparecer en las películas Lost In Space en 1998 y Charlie’s Angels, dos años más tarde, su carrera se estancó hasta que reemplazó a Jeremy Clarkson en Top Gear, en 2016.
En su vida amorosa se casó con la actriz y modelo Melissa McKnight en 2003, un año antes de terminar la serie, y con sus compañeras Aniston, Kudrow y Courteney como invitadas de honor en la boda. En 2006, se separaron después de que lo atraparan con una stripper durante una noche de juerga en Canadá. Según se justificó, su padre también fue un hombre bastante infiel que “se casó ocho, nueve o diez veces”. LeBlanc estuvo con la actriz Minnie Driver, la jugadora de voley Gabrielle Reece y la estrella porno Jenna Jameson. Su última pareja fue Andrea Anders, a la que conoció en el spin-off de Friends y con quien mantuvo un noviazgo de ocho años. Su última pareja fue Aurora Mulligan, una productora irlandesa de la BBC, 17 años menor; rompieron el año pasado.
Jennifer Aniston era la actriz menos conocida cuando se metió en la piel de Rachel y hoy es la súper estrella del grupo. Tuvo éxito como protagonista de comedias románticas, como Viviendo con mi ex, Esposa de mentira o Marley y yo. Este año la esperada secuela de Misterio a bordo, con Adam Sandler, recibió más de 42 millones de visitas solo durante la semana del 27 de marzo al 2 de abril y figuró entre las diez más vistas de Netflix en 91 países diferentes.
En su vida personal combinó amores con dolores. Su idílico matrimonio con Brad Pitt con una boda que costó un millón de dólares terminó en medio de un escándalo de infidelidad que involucró a Angelina Jolie. Vivió un romance de dos años con Vince Vaughn y otro de un año con el cantante John Mayer. Mantuvo encuentros con Gerard Butler, Bradley Cooper y Jason Sudeikis.
En 2012 se casó con el actor, director y guionista Justin Theroux. Se compraron una casa de 22 millones de dólares y se separaron en 2018. La actriz aclaró que el problema no había sido la búsqueda de un hijo y reivindicó su derecho a no ser mamá: “Existe una presión en las mujeres para ser madres (…) Quizá mi propósito en este planeta no es el de procrear”, declaró en una entrevista en la revista InStyle. Desde su divorcio, decidió enfocarse de lleno en su carrera y olvidarse de sostener una relación romántica.
Con luces y sombras, los seis protagonistas de Friends siguieron con su vida pero siempre mantuvieron su amistad. Para ellos y sus fanáticos, “I’ll be there for you” -”Ahí estaré para ti”- no solo era la canción que daba comienzo al programa, sino una declaración de principios.