No todos los niños pueden encontrar cariño, comprensión y calidez dentro del ambiente familiar para crecer felices y sanos. Ciertos padres suelen tener reacciones muy rígidas e insensibles ante los sentimientos o conductas de sus hijos. La mayoría de los infantes, al crecer, suelen subestimarse o sentirse indignos de algunas cosas, actuando de forma autodestructiva; también les cuesta admitir que la relación que mantienen con sus padres influye enormemente en sus vidas.
Ser padres, no significa solamente tener un hijo, sino que también se relaciona con prepararlos para enfrentar el mundo del mañana. Los padres tóxicos (incluyendo tutores, madres, abuelos, padres y abuelas), lejos de fomentar una seguridad y madurez en sus hijos, lo único que generan es encadenarlos a su independencia física y emocional.
Según explica la psicóloga de los Estados Unidos Susan Forward en su libro “Padres que Odian”, los niños que tienen padres tóxicos se convertirán en adultos inseguros, de baja estima, inestables emocionalmente y sumisos.
A continuación presentamos 10 de los rasgos más notorios que denotan el comportamiento de un padre tóxico:
Son autoritarios y tiranos
Son manipuladores
Son intransigentes
Exigen excesivamente
Maltratan verbal o físicamente
Son egoístas, egocéntricos, y siempre priorizan sus necesidades ante que la de sus hijos.
Critican todo, amistades, logros y familia
Son celosos de las personas que puedan hacerlos felices
Hacen responsable y/o culpables a sus niños por sus frustraciones y fracasos
Son demasiado planificadores y protectores en los detalles de la vida personal y profesional de sus hijos.
Proyectan en sus chicos sus fantasías, sueños y anhelos.
Ahora bien, si en la relación con nuestros padres hemos descubierto en algunos de estos rasgos, Susan Forward sugiere realizar los siguientes patrones de actitud que permitirán dar solución al problema.
Enfrentar a nuestros progenitores desde la visual adulta, dialogando.
Explicar a los padres, muy claramente tus pensamientos, que ves mal en la relación, que te hace sufrir y que te provoca daño.
Preguntarles si puedes ayudarles a solucionar al problema que tensa la relación.
Cuestionarles cual es el motivo para las descalificaciones, maltratos o falta de cariño.
En caso de que te culpen, es una señal que indica la falta de contribución de su parte para conseguir una sana relación.
Si el trato no se modifica, limita el diálogo. Si tus padres se quejan, intenta replantear un cambio en su actitud, si se niegan, abandona ese lazo que te daña. (Información: Grandes Medios) Foto: Internet