Celaya Gto. Por: Redacción.- No salgas en semana santa, no de fiesta, no de ocio, no de nada… es un tiempo para estar lo más en paz posible. Hay energías que existen y se potencializan durante los días santos, iniciando desde el jueves.
En muchas comunidades, especialmente en México y América Latina, es común escuchar frases como “hoy se siente raro” o “la vibra pesada” durante Jueves y Viernes Santo. Lejos de ser solo una superstición, hay varias razones —emocionales, culturales y hasta neurocientíficas— que pueden explicar esta percepción colectiva.
Una carga emocional y simbólica profunda
La Semana Santa, particularmente el Viernes Santo, conmemora la Pasión y Muerte de Jesucristo, uno de los momentos más dolorosos y solemnes en el calendario cristiano. Es un día de duelo, recogimiento y reflexión. Esta carga emocional, repetida año con año, genera un ambiente más introspectivo y solemne.
Durante estos días, muchas ciudades y pueblos bajan el ritmo: comercios cierran, hay menos tránsito y muchas actividades cotidianas se detienen. El silencio colectivo y el cambio abrupto en la rutina generan una percepción distinta del entorno, que puede sentirse como “pesado” o fuera de lo normal.
La vibra pesada de en semana santa porque el “diablo suelto”
La cultura popular está llena de creencias y supersticiones asociadas a la Semana Santa. Algunas de las más conocidas incluyen:
- “No te bañes el Viernes Santo porque te puedes quedar paralizado”.
- “No escuches música alta, es un día de luto”.
- “Hoy el diablo anda suelto porque Jesús ha muerto”.
Estas ideas han sido heredadas por generaciones y se refuerzan con relatos locales, procesiones y rituales religiosos. El peso simbólico de estas creencias también influye en cómo sentimos el día.
La noción de que el mal tiene más poder el Viernes Santo se remonta al relato bíblico de la muerte de Cristo. Tras la crucifixión, se dice que la tierra tembló, el cielo se oscureció y hubo confusión, un símbolo de la aparente victoria del mal antes de la resurrección.
En ese lapso —desde la muerte hasta la resurrección— algunas tradiciones sostienen que Dios se retira momentáneamente del mundo, permitiendo que el mal se manifieste con más libertad. Esto dio origen a la idea de que durante estos días, el diablo “anda suelto”.
La siguiente historia ocurrió hace apenas unos días en Celaya, para ser exactos sobre la calle aztecas, cerca de avenida Francisco Juárez.
Esto me lo contó una conocida vecina de la casa donde se dieron los supuestos hechos paranormales.
“Eran pasadas las tres de la mañana, escuché mucho escándalo en la calle, pero ya no quise salir a ver nada, fue hasta la mañana siguiente que la vecina, me dijo lo siguiente”
“Resulta que su esposo salió de fiesta y llegó con unas copas de más encima, ósea llegó borracho, y ella decidió no abrirle la puerta pues le había advertido que esta semana no era para andar de fiesta, cuando comenzaron los gritos del hombre, pero aterrado, que le abrieran la puerta pues una viejita de aspecto siniestro se lo quería llevar”
“¡Ábreme que me quiere llevar, por favor, me quiere llevar!”, cuando escuchó el tono en que el esposo le estaba gritando, bajó y abrió la puerta pues pensó que este estaba en riesgo, pero no. Al salir el hombre estaba solo, nadie más estaba en la calle.
La descripción del hombre fue: “Una señora, muy vieja, que se veía muy mala me quería llevar”
“Ella con cara de sorpresa y al no ver a nadie más se preguntó qué tan tomado venía el hombre, y es que no fue la única en salir, otros vecinos de la calle salieron a ver el alboroto, pero nadie más que el hombre en cuestión fue quien describió una aparición horrible, que nadie más pudo ver”.
Esta es solo una de las muchas historias que se dicen sobre este día.
Leyendo y viendo videos en redes son muchas las opiniones y consejos sobre no hacer nada estos días para que “estar en paz”.
Desde pequeños aprendemos que estos días no son como los demás. Incluso si no somos religiosos, hemos sido expuestos a los rituales, las restricciones (no comer carne, no salir de fiesta) y las narrativas que condicionan nuestra percepción. Es como cuando entras a una iglesia y automáticamente hablas en voz baja: no hay nadie obligándote, pero el lugar y el simbolismo te lo dictan.
La sensación de “vibra pesada” en Semana Santa no tiene que ver necesariamente con fantasmas o demonios, sino con una mezcla de factores simbólicos, culturales, emocionales y psicológicos.
Para algunos, es un día profundamente espiritual; para otros, un momento que evoca memorias o duelos personales.
Y tú, ¿sientes diferente el ambiente durante Semana Santa?