Argentina.- La madre superiora de un convento de la congregación de la Carmelitas Descalzas en Argentina fue imputada por tortura. La madre María Isabel, encargada del Monasterio de la Preciosísima Sangre y Nuestra Señora del Carmelo en la urbe de Nogoyá, es acusada por monjas de su convento de someterlas a maltratos físicos y psicológicos, comunicó el diario Clarín.

«He vivido tortura psicológica, castigo físico, encierro de celda (como llaman a las habitaciones) y duras reprimendas por parte de la madre superiora», relató una ex monja del convento que se mantiene bajo anonimato y que interpuso una denuncia por privación ilegal de la libertad.

La ex religiosa también se refirió a los castigos físicos con látigo. «Se hace con cuerdas, que antes se pasan por cera derretida que después se deja secar para que quede más duro. Nos autoflagelamos, nos pegamos en las nalgas. En las reglas, las constituciones, está establecido que se haga una vez por semana», contó.

La madre María Isabel, cuyo nombre real es Luisa Toledo, tendrá que comparecer la siguiente semana ante la fiscalía que se encuentra a cargo de la investigación. Se le ha imputado por el delito de privación ilegítima de la libertad en dos hechos. La monja podría ser condenada por ‘reducción a la servidumbre’, un delito para el que se prevén penas de 4 a 15 años de cárcel.

«Nosotros no estamos persiguiendo la libertad de culto, al contrario, estamos en primer lugar tratando de esclarecer un hecho de suma gravedad, cumpliendo nuestra obligación de fiscales de investigar», expresó el fiscal Federico Uriburu, procurador de la causa. En el caso han ofrecido su testimonio dos ex monjas que narraron lo que vivieron durante su paso por el monasterio.

Los presuntos maltratos salieron a la luz la semana pasada, cuando las testigos narraron los sucesos «a una revista local. El reporte motivó la actuación de las autoridades. En un video que fue divulgado tras el allanamiento del monasterio por parte de la policía, algunas religiosas negaron cualquier caso de tortura al interior de su congregación.

«Elegí una vida de oración y penitencia, no de tortura como se dijo por ahí», afirmó una de ellas en la grabación. (Información: Agencias)

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