Salvatierra Gto. Por: Christian Allen.- Cada vez que sale de viaje, cada vez que se va lejos de todo… de su familia, de su trabajo y de la vida cotidiana, Verónica piensa que no regresara jamás.

Aun así, cuando lo hace, llega llena de energía, renovada y con las pilas al cien por ciento.

Con lentes de sol, chamarras de cuero y una actitud que me recordó a la canción ‘Rebel Rebel’ de David Bowie, la ‘Beba’, (como le dicen sus amigos), y Leticia, me contaron lo que para ellas representa una pasión que nació desde hace años. El Motociclismo.

En el caso de Verónica Murillo, la Beba, cuenta con diez años de rodadas, mismas que la han llevado a los lugares más bellos, escondidos y hasta misteriosos de México.

Pero, ¿cómo nació esa pasión por el motociclismo?: “Pues mira yo recuerdo que desde niña cuando veía alguna moto grande o una caravana yo me emocionaba, de mi familia nadie es motociclista y a pesar de que si estaban muy en contra, de que me decían que es un gusto de hombres, yo seguí queriendo tener la moto y desde hace diez años conseguí mi primer moto, fue una Honda 600, todos me decían que comprara una moto más chica, que por mi complexión y para empezar, pero no”, dijo.

Aconsejó a jóvenes, tanto mujeres como hombres, a que si les llama la atención unirse a un club de motociclistas traten de que su primera moto, sea una de gran tamaño, ya que ello inspira a seguir.

“Como consejo para todas las mujeres motociclistas que se quieran aventar a esto, no compren una moto chica, se van a cansar, es mejor algo grande y que llene tu gusto”.

¿Qué sientes cada vez que te vas de viaje?: “Cada vez que salgo de viaje, yo siento que no regreso, es un desprendimiento de todo, de la vida laboral, de la vida personal… yo simplemente agarro mi moto, me olvido de todo y trato de estar en armonía con la naturaleza, los lugares tan bonitos que he podido conocer, las amistades que he logrado a través de este medio y cada que regreso es como volver a nacer, luego de cada rodada, llego con gusto al trabajo, con gusto a la familia, como si hubieran sido años de no verlos, es un sentimiento de renovación cada vez que salgo”, dijo obviamente con una sonrisa en el rostro.

Y es que, esto fuera de, cuando conoces a gente que sigue lo que ama, que hace lo que tiene realmente ganas de hacer, inspira y contagia.

En el caso de Verónica, ha recorrido miles de kilómetros, conoce más de la mitad de los estados del país y recordó que hace unos años logró participar en una rodada de 19 horas continuas, donde recorrió mil 800 kilómetros sin parar.

“En cuanto a distancias, de los lugares más lejanos que he ido en mi moto, es Mazatlán, Monterrey Nuevo León, pero conozco Jalisco, Aguascalientes, Puebla, Veracruz, San Luis Potosí, Querétaro, creo que conozco un poco más de la mitad de la república mexicana en estos años”, compartió.

Ella al final pidió respeto de parte de los automovilistas, pidió que no los vean como un estorbo, sino como compañeros de viaje, al final todos tienen a alguien que los espera en casa.

Por su parte Leticia Lira, otra amante de la velocidad, dijo que hace un poco más de tres años, ella y su esposo vieron pasar sobre la calle a una caravana de motociclistas, ambos se vieron a los ojos y dijeron: “para cuando nos jubilemos, (ósea dentro de unos 30 años), vamos a andar como ellos”… al poco tiempo y como regalo, el esposo de Leti le dio su primer moto.

 “Yo llevo tres años manejando, es algo parecido (a lo que dijo La Beba), lo que yo siento al conducir, vas en carretera disfrutas más de la vida sobre ruedas”.

Este fin de semana en Salvatierra se celebra la primera edición de un festival de Rock, donde el club a donde pertenecen estas mujeres se integró, como parte del comité organizador. Y en próximos días seguirán haciendo lo que aparte de su familia, de su trabajo, y de sus actividades las mantiene vivas y llenas de energía… andar sobre dos ruedas.

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