París.- La Torre Eiffel, símbolo de la capital francesa, cumple hoy 130 años de haber sido inaugurada en 1889, luego de que el arquitecto Gustave Eiffel, de quien heredó su nombre, propuso el proyecto para la Exposición Universal de París, que conmemoraba el Centenario de la Revolución Francesa.
Las obras de este hito arquitectónico del siglo XIX, iniciaron el 28 de enero de 1887 y se prolongaron por dos años, en los cuales 250 operarios y 50 ingenieros sumaron esfuerzos para concretar el proyecto diseñado para durar 20 años.
Aun cuando era un plan efímero, se salvó gracias a que Eiffel propuso usarla para transmitir señales radiográficas, seguidas de las telecomunicaciones: en 1898 enviaba señales de radio de la torre al Panteón; en 1903 sirvió como radio militar; en 1925 transmitió la primera emisión de radio pública y después la televisión.
En su plano original la torre Eiffel proponía una altura de 312 metros (la actual es de 324 metros), su primera planta abarca cuatro mil 415 metros cuadrados, la segunda planta mil 430 metros cuadrados, cinco ascensores hasta la segunda planta y un total de mil 665 escalones.
Este monumento tiene una estructura metálica de siete mil 300 toneladas y un peso total de 10 mil 100 toneladas, cuatro pilares, un cuadrado de 125 metros de lado y 18 mil 38 piezas de hierro, así como dos millones 500 mil remaches.
Desde los años 80 del siglo pasado, este hito de París ha sido renovado, restaurado y adaptado a demanda de los visitantes y ha sido escenario de diversos acontecimientos de talla internacional como: su centenario, el espectáculo pirotécnico del 2000, campañas de pintura e instalaciones de pistas de patinaje o jardines, entre otros.
Por su atractivo arquitectónico, cada año recibe a casi siete millones de visitantes, 75 por ciento de ellos extranjeros, por lo que se ha convertido en el monumento de pago más visitado del mundo y desde su inauguración ha recibido a cerca de 300 millones de visitantes del mundo.
Sin embargo, en su origen este monumento fue rechazado por artistas, quienes la consideraron monstruosa, por lo que dada su baja rentabilidad se planteó la posibilidad de destruirla en diversas ocasiones.