Vanity Fair | España.- Suele contarse que los reyes son seres humanos como los demás. Con sus virtudes y sus defectos. Con sus filias y sus fobias. Con sus debilidades. El vídeo que se acaba de difundir, que muestra como doña Letizia impide que su suegra, la reina Sofía, pose sonriente con sus nietas para una fotografía, lo demuestra. ¿Por qué evitó esa inocente foto doña Letizia? ¿Es realmente tan tensa la relación entre nuera y suegra? Repasamos aquí los puntos que han distanciado a ambas reinas en los últimos 13 años. 

NO LE DEJAN VER A SUS NIETAS

Según algunos allegados, Doña Sofía siempre se ha quejado de lo poco que ve a sus nietas. Desde que son pequeñas, a doña Letizia no le ha gustado que su suegra estuviera a solas con sus hijas Leonor y Sofía. A pesar de ser vecinas –la reina emérita vive en Zarzuela–, doña Letizia acostumbra a llamar a su madre, Paloma Rocasolano, para que atienda a sus hijas cuando ella y su marido, el rey Felipe, tienen algún acto oficial y tienen que salir por la noche. 

El caso que dinamitó las relaciones en la familia

EL FEO DE DOÑA LETIZIA A DOÑA SOFÍA

“Al principio existía una entente cordial, hasta que Letizia supo que Iñaki ponía a Felipe en contra de ella”, asegura un testigo directo de este deterioro en la amistad con los duques de Palma, dato que también corrobora una de las personas del círculo de confianza de la reina. Los correos del exjugador de balonmano filtrados por la prensa pusieron en evidencia, tiempo después, la mofa de la que Letizia era objeto por parte de su cuñado. “Si antes la relación era fría, tras el caso Nóos se hizo insostenible”, continúa su allegado. 

La reina evitaba posar con junto a Cristina e Iñaki en las fotos oficiales. O lo hacía a regañadientes. Letizia se alineó con la estrategia de La Zarzuela. “Cuando estalla el Caso Nóos, Rafael Spottorno, entonces jefe de la Casa, tomó una decisión muy dura, pero acertada: la de apartar a Iñaki Urdangarin y a la infanta Cristina de toda actividad oficial”, explicó a esta revista en 2015 un ex alto cargo de palacio. “Tanto el rey emérito como el actual tuvieron claro desde el principio que había que aislar el problema. Desde entonces, no creo que hayáis visto ninguna imagen del rey con su hermana”.

Solo se encontraron con la oposición de la reina Sofía, que insistía en mantener la familia unida. Tanto es así, que en la conmemoración del 50 aniversario de la muerte del rey Pablo de Grecia puso en un aprieto a los entonces príncipes de Asturias al convocar también a la infanta Cristina. Felipe y Letizia hicieron lo imposible por evitar una instantánea juntos. “Era un acto familiar, no oficial. No pudimos hacer nada”, lamentan desde La Zarzuela. Doña Sofía, de hecho, ha seguido viajando hasta Washington o Ginebra para visitar a su hija y a su yerno, y acompañarlos en sus cumpleaños. 

LETIZIA, SOLA ANTE EL PELIGRO

La relación de Letizia con la familia de Felipe “nunca fue fluida”, contaba a Vanity Fair en 2015 una persona del entorno más cercano del rey. “Y ahora es distante”, añade. “En las dos únicas ocasiones en las que coincidí con la todavía princesa de Asturias, ella se mostró tensa y envarada. Torpe. En la boda del príncipe Nicolás de Grecia y Tatiana Blatnik, en agosto de 2010, una celebración estrictamente familiar, sin prensa, en la isla griega de Spetses, se levantó en medio de la cena para sentarse junto a su marido. Ningún matrimonio compartía mesa. Nos quedamos atónitos”, recuerda una invitada a la boda. La relación de doña Letizia con Marie Chantal Miller, la mujer de Pablo de Grecia, tampoco es fácil. De hecho, la reina fue la gran ausente de la celebración que el primo de don Felipe organizó por su 50 cumpleaños en la campiña inglesa, y a la que acudieron toda la realeza y la aristocracia europea. (Información: Agencias)

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here