Ciudad de México. Por: Christian Allen.- Un monumento, de esos que han sido rayados, “vandalizados” y violentados por las mujeres es solo un puño de tierra y piedras fácilmente reparado… en tanto, la vida de una mujer es mucho más complicada regresarla a su estado original.
No voy a mentir, realmente me han impresionado las posturas que he leído en redes sociales sobre la última marcha de la mujer que tuvo lugar el lunes pasado en la ciudad de México.
En la tele, una señora que le gusta hablar de la vida ajena dijo que las mujeres que participaron son ‘vandalicas’, que tenían que ser contrarrestadas con tanquetas y agua, mientras que un primo mío, quien obvio tuvo padres y un ambiente machista se burló de las mujeres, se burló de Mon Laferte por protestar enseñando los pechos, y se quejó de que rayaron su hemiciclo a Juárez… al final le dije, “pues yo las apoyo, hasta donde lleguen, la violencia en México, la violencia de género y todo tipo de violencia debe parar”.
Ese día marcharon cientos de mujeres y la manifestación ocurrió en el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, mismo en el que el actual gobierno mexicano, a cargo del presidente Andrés Manuel López Obrador, dio a conocer las acciones que promete realizar para erradicar la violencia de género.
Organismos internacionales como la ONU han advertido de la gravedad del problema, tan solo ese día se registraron 13 asesinatos de mujeres en el país, uno, por cierto, en mi ciudad.
De enero a octubre de este año, el país acumula 833 feminicidios, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Esas vidas, a diferencia de sus monumentos no pueden ser despintadas, no pueden ser repuestas. Por qué no empatizar más con esta causa, o acaso tenemos que esperar a que una mujer de nuestra familia sea asesinada o violada para subirnos en apoyo.
Y es que ese es el problema de los mexicanos, cuando no nos afecta directamente NO HACEMOS NADA por ayudar.
Ebrard, Marcelo Ebrard, dijo que las mujeres hicieron lo que el viento Juárez, pero en realidad, esto es algo que ya inició y que no se frenará.
Solo queda esperar a que la sociedad, incluso las mismas mujeres se liberen de un sistema patriarcal que más que ayudar ha jodido a una gran nación.
Vieron lo que pasó en Monterrey, tierra en donde los derechos humanos a minorías siguen siendo negados, pues allá, las mujeres se sentaron tranquilamente en “protesta” pacifica, y ¿a alguien realmente le importó? NO. y ¿POR QUÉ? pues porque allá mandan los machos y desastres no están permitidos, claro solo los desastres emocionales y físicos infligidos dentro de la violencia de género.
Esta solo es una pequeña reflexión para ir más allá en la gravedad de la situación que se vive actualmente, en donde no solo el gobierno debe dar resultados, sino donde, desde dentro de las familias se debe enseñar sobre educación, valores y respeto hacia los seres humanos independientemente de su sexo.
Por cierto, y ya para terminar, dejen de usar la frase “no seas nena”, porque las ‘nenas’ justamente son mucho más valientes que los ‘nenes’, el decirle a un niño, “no seas nena”, le enseñas que niñas y mujeres son más débiles, cosa totalmente falsa.
Las palabras también educan, úsenlas para eso. EDUCAR.