Ciudad de México.- Billie Eilish, una de las voces más destacadas de la música contemporánea, hizo una declaración impactante sobre su relación con las redes sociales, comparándolas con fumar cigarrillos debido a su naturaleza adictiva y dañina. En una reciente entrevista con Complex, la cantante de 22 años confesó que lucha constantemente para encontrar un equilibrio con estas plataformas. “Es como mis cigarrillos”, aseguró. “Es un verdadero problema”.
Eilish, quien habló anteriormente sobre los efectos negativos de las redes sociales, volvió a destacar cómo estas plataformas pueden afectar profundamente su bienestar emocional y mental. Aunque intentó desconectarse, la necesidad de interactuar con sus seguidores, especialmente mientras está de gira, complicó sus intentos de alejarse por completo.
Una desconexión temporal que no duró
La cantante reveló que hace algunos meses abandonó Instagram y TikTok, decisión que calificó como “increíble”. Sin embargo, el deseo de conectar con sus fans y observar cómo reaccionan a sus conciertos la llevó a retomar parcialmente su uso. “Me encanta ver los videos y las diferentes perspectivas de los shows, cómo la gente siente y piensa sobre ellos. Si algo se ve diferente, quiero cambiarlo”, explicó.
A pesar de esto, la naturaleza envolvente de las plataformas digitales se convierte rápidamente en un problema. “Voy a internet para ver los videos que quiero, pero luego me engancho. Entonces me jode completamente, y me quedo atrapada”, dijo, subrayando cómo su uso puede volverse perjudicial.
La toxicidad online y su impacto personal
Esta no es la primera vez que Billie Eilish habla sobre los efectos nocivos de las redes sociales. En 2020, en una entrevista con la BBC, confesó que dejó de leer los comentarios en Instagram porque la negatividad estaba “arruinando” su vida. “Es mucho peor de lo que fue antes. Es extraño: cuanto más increíbles son las cosas que logras, más te odia la gente”, declaró en ese momento. Para la artista, este flujo constante de comentarios tóxicos no solo afecta su salud mental, sino que la lleva a reevaluar su presencia online.
En su conversación más reciente, también mencionó que los aspectos positivos, como las sesiones de preguntas y respuestas con los fans, no siempre compensan los efectos negativos. “Algunas cosas son increíbles, las amo y las valoro. Pero la gente hace que esto sea difícil. Es triste que algunos arruinen la experiencia para el resto”, lamentó.
Entre la privacidad y la conexión con los fans
El dilema de Eilish sobre el uso de las redes sociales no es solo una cuestión de hábitos, sino también de identidad y privacidad. En una conversación con i-D en 2021, la cantante expresó su conflicto sobre cuánto desea compartir con el mundo. Si bien busca que sus seguidores se sientan “vistos y escuchados” al compartir sus experiencias personales, también reconoce que no siempre está preparada para abrirse públicamente. “No le debo nada a nadie”, afirmó en esa ocasión, enfatizando que no siempre quiere hablar de lo que está viviendo.
Este choque entre el deseo de conectar con su público y la necesidad de proteger su bienestar personal es algo que marcó su carrera. Para Eilish, su relación con las redes sociales es un reflejo de esta dualidad: una herramienta para acercarse a sus fans, pero también un espacio que puede resultar invasivo y perjudicial.
“Es mi cigarro”: una lucha constante en la era digital
La comparación que hace Billie Eilish entre el uso de las redes sociales y fumar cigarrillos encapsula su relación con estas plataformas: un hábito difícil de abandonar y que, aunque puede ofrecer momentos de placer, a largo plazo termina afectándola negativamente.
A pesar de sus intentos de desconexión, las redes siguen siendo una parte fundamental de su interacción con los seguidores, especialmente mientras está de gira. Sin embargo, Eilish no duda en señalar las consecuencias de este acceso constante. Su reflexión pone en evidencia un desafío que muchas personas enfrentan en la era digital: encontrar un equilibrio saludable entre la conexión y el autocuidado en un entorno muchas veces tóxico.