Ciudad de México. (Muy Interesante).- Que se lo digan si no a Marilyn Monroe, la celebérrima actriz de cine aparecida muerta el 5 de agosto de 1962 en su domicilio de Los Ángeles. “La rubia y bella Marilyn Monroe, símbolo esplendoroso de la alegre y emocionante vida de Hollywood, murió trágicamente el domingo, probablemente como consecuencia de un suicidio. Su cuerpo fue encontrado desnudo en la cama. Tenía 36 años. La estrella, con un largo historial de trastornos, tenía el teléfono asido con una mano. Cerca había un frasco de somníferos vacío”: así rezaba una nota de prensa informando de su muerte.
De la autopsia se encargó el doctor japonés Thomas Noguchi, apodado “el forense de las estrellas” por encargarse también de las autopsias de Sharon Tate, Janis Joplin, William Holden, Nathalie Wood o Robert Kennedy. En su examen, el doctor Noguchi encontró dos puntos discordantes. En primer lugar, magulladuras en el cuerpo de diversa consideración y un gran hematoma en la cadera izquierda. Y, además, que el estómago no tenía el menor rastro de barbitúricos. Tampoco había ningún rastro de vómito en la escena del suceso. Un dato muy relevante, si, como se aseguraba, Marilyn había ingerido ocho frascos de barbitúricos para suicidarse.
El misterio se acrecentó cuando el doctor constató que, efectivamente, los análisis demostraban que la actriz presentaba unas altísimas dosis de barbitúricos en la sangre. Pero ¿cómo habían llegado hasta allí? Jamás se ha sabido, simplemente porque los órganos de la difunta desaparecieron del laboratorio misteriosamente.